Después del click que me embarcó en una nueva experiencia, ahí estaba yo, en frente de quien logró conectarme de nuevo a la práctica de yoga desde la primera clase a las 5:30 a.m., por eso tenía que conocerla personalmente.
Justo el día anterior al encuentro tuve un tirón en mi brazo izquierdo y el dolor solo se calmaba si lo mantenía doblado. Pensé que no podría hacer yoga, pero jamás que no iría. Ni ese dolor incómodo, ni la lluvia intensa que nos acompañó esa tarde noche impidió que cumpliera mi cita. Lo que hace la determinación.
Y ahí estaba yo, en la disposición de recibir nueva información, de vivir una nueva experiencia como parte de la lección que me quedó de los últimos meses. Conexión, ritual, movimiento, intención, silencio, magia, elevación, energía, cualquiera de estas palabras describen muy bien el momento, aunque para mi fueron todas.
Entré al lugar con la curiosidad de mi niña interior, sin juicios y con un grado medio bajo de expectativa -sigo trabajando en eso-. Debo decir que Alexandra es esa mujer que atrapa con la energía que irradia, con la sonrisa, con la manera arrebatada y desprevenida de hablar. Lo que pasó después quedó en el corazón de los atrevidos que nos regalamos un instante diferente, alejados del ruido a pesar de tener unos cuantos alrededor. Nada impidió que cada quien, a su manera, sintiera como suya esta experiencia.
Honro a las personas que estuvimos ahí, desconocidos conocidos en energía compartida en un espacio en el que nos permitimos tanto como quisimos, yo además logré lo que una pastilla no consiguió, calmar el dolor hasta estirar mi brazo.
Ese dolor podría ser un ejemplo de lo que nos pasa a diario, planeamos tanto y al final sale de cualquier otra forma y las preguntas que vienen, que por lo general siempre son las mismas, por qué, cómo es posible, por qué a mi, por qué justo hoy, etcétera, nunca resuelven nada y luego, si realmente estamos dispuestos, entendemos la causa y el efecto de lo que pasó y hasta terminamos agradeciendo que fue de ésa forma y no la que con tanto hincapié quisimos.
Mentiría si escribiera que salí como si nada, claro que tenía dolor, pero sintiéndome muchísimo mejor, además, recargada de mí, de la energía que soy y con el mensaje en la cabeza que quería escribir y compartir. Gracias Alexandra por inspirar estas líneas.
Que nada te detenga, que las circunstancias sean solo eso y que la capacidad de crear tu propia realidad no dependa de nadie más que de ti mismo, que lo que crees, lo creas y lo manifiestas a través de las acciones. No tienes que demostrarle nada a nadie, solo permitirte experimentar y ser lo que quieres ser y hacer, aún en estos tiempos. Suena a disco rayado -espero que esta frase la entiendan las nuevas generaciones- pero si escuchas, ves o lees hablar a tanta gente sobre lo mismo, quizás, hay un mensaje para ti, ¿por qué no?
Por ahora solo te puedo decir o mejor escribir que siempre, si realmente lo deseas, encontrarás la manera de regalarte espacios para ti, que la mejor inversión es la que haces en ti mismo, que el miedo es parte de, pero no el todo infinito y que en esta vida debes permitirte el intento y el error, reírte de ti mismo, también, abrazar los árboles, sí es en serio, son poderosos y que al hacerlo que no te importe el que está pasando por ahí y menos si piensa que estás loco. Recuerda conectarte con la tierra de esta forma o con la que mejor te sientas, pero inténtalo no tienes nada que perder.
Lee mucho, escribe más y no lo digo porque soy escritora sino porque de verdad ayuda a comprender los pensamientos, manifestar las emociones y sentimientos. Y por supuesto, diviértete, atrae a tu vida lo que quieres para ti. La respuesta sobre quién eres y en quién te quieres convertir solo la sabes tú, porque está en tu interior y por favor, no te des tanto palo, yo lo hago más de lo que crees y cuando me pasa trato de enfocar esos pensamientos en la gratitud que sí te saca sonrisas. Todo lo que has logrado es importante, inmenso, aunque persista la idea de que es insignificante. Nada de lo que haces lo es, tú eres extraordinario y tienes mucho que aportar a este mundo.
Lo que brota de tu corazón es lo que siembras.