Hola, mi querido mecenas:
La foto en sí misma no es la exclusividad que te traigo hoy, pero sí lo que te voy a contar. No obstante eres el primero en ver esta imagen antes de que aparezca en la sección de historias de www.1esmasquepalabras.com y en la pieza que publicaremos para el día de Amor y Amistad con un mensaje inspirado en la mirada de mi sobrino Santiago que me acompañó unos días y me regaló amor, sonrisas, inocencia, travesuras, creatividad y emociones que podrían llenar todo este espacio y aún me quedaría corta para describir la magia y la energía que me motiva.
Pasó precisamente cuando estaba en la edición de esta foto. Lo que rondaba mi cabeza me impulsó a desahogarme contigo, sí contigo, por qué no si te arriesgaste a creer en mí y patrocinar mi vocación, razones de peso para entrar en confianza.
Impotencia, eso fue lo que sentí a pesar de la inmensa satisfacción personal y profesional que me produce ver todo lo que he construido con mi marca 1 es Más que Palabras. Sin embargo, junto al equipo de marketing que me ha acompañado por más de un año, entendimos que nos quedamos cortos. Este navegar en el mundo de las redes sociales, de internet, del famoso SEO, de las ventas, etcétera nunca dejó de abrumarme.
Lo que una vez pensé que era simple; dar a conocer mis historias, que las personas se divirtieran y dejaran volar su imaginación, que surgieran más lectores de corazón, inspirar a otros a saltar al vacío, a creer en sí mismos y hacer lo que los llene de cosquillas en la panza y al mismo tiempo contribuir para que a los niños de escasos recursos llegara la magia de la lectura y la escritura, hoy lo veo complejo.
Encuentra el final de esta confesión en https://www.patreon.com/1esmasquepalabras