Sí es ella,
la que altera cuando toca la puerta.
La que grita y agita, si se quiere, la ira
o la que trae calma cuando más se necesita.
Sí, es Ella, la soledad que llaman.
La que está presente aunque haya más gente.
La que habla al oído, en el momento menos justo
y no se calla si no se le da la gana.
Soledad que viene y va,
que suele ser indescifrable,
pesada o liviana,
Tierna o lengua suelta.
De cualquier forma es indescifrable,
unos la aprecian, otros la odian,
todos la sienten alguna vez.
Que le vamos a hacer
al final es más leal que cualquiera
y menos necesaria que alguien,
porque de una otra manera, siempre está.