Salí del ensayo de la agrupación musical Delirio hecho en Cali cargada de música, energía y sonrisas rumbo a la terminal de transportes para viajar a Buga. Con una temperatura por encima de los los treinta y cuatro grados, todavía me faltaba una hora y cuarenta minutos de viaje para ver a mis niños.
Isabel, como siempre, incondicional y amorosa, pasó por mí y llegamos al punto de encuentro; la casa de doña Carmen. El corazón me palpitaba más rápido, el rubor de la mejillas no solo era de calor sino de emoción que me produjo la sorpresa que se llevarían mis niños que no me esperaban. La piel y el alma estaban más receptivas, pude sentir cada abrazo y latido de corazón más vivos, más reales, como deben ser. El brillo en los ojos, las sonrisas, las voces y las palabras fueron el complemento para entender el momento perfecto que me había regalado el Universo.
Y como si las bendiciones y la felicidad no fueran suficientes, recibí de mis niños una tarjeta firmada con sus nombres con letras que aún no terminan de leerse bien. Fue un encuentro conmovedor, lleno de luz. No pude evitar que las lágrimas de la emoción me invadieran.
Ya puedo decir que perdí la cuenta de las tantas veces que he escrito que el camino de la escritura me ha otorgado instantes increíbles, invaluables, ilimitados en amor, en propósito, en fronteras, en emociones. Tuve esa sonrisa de gratitud e inspiración dibujada no sólo ese día.
Deseo con el corazón en la mano continuar con el Proyecto de la Clase de los Sueños llevando a mis niños de Buga y a muchos más los cuentos que escribo, testimonios de vida, ejemplos de superación, para sembrar en ellos la fuerza que existe cuando creemos, creamos y actuamos con el propósito de ser mejores y construir un futuro con información que nos permita erradicar pensamientos limitantes que nos impidan cumplir metas o sueños, servir y contribuir a la sociedad. Porque ni si siquiera en las condiciones más adversas es posible salir adelante si tienes la claridad de qué quieres y te hace feliz. La determinación es la clave para lograr lo que te propongas.
Te suena dejar huella en este planeta, pues bien servir es una de tantas maneras. A mis sobrinos de sangre y de vida, a los niños de la Clase de los Sueños, familia, amigos y seguidores, gracias por cada gesto de amor que tienen por el otro, por creer en mí. Todo es posible cuando el amor está de por medio y fluyen como tiene que ser, en el momento indicado.
Lo que comenzó con una idea se convirtió en realidad a través de los niños de Buga y desde entonces todo fluye de manera hermosa, amorosa. Aquí un poco de toda esa magia del Universo que hay alrededor de la Clase de los Sueños.
De no ser porque existen seres humanos con un corazón tan generosos como el de doña Carmen o el de Isabel, los ejemplos más allegados a la Clase de los Sueños, quizás llegar a los niños no habría sido posible. Juntos lograremos sembrar poco a poco en ellos el amor por la escritura y la lectura.
A este par de mujeres increíbles, infinitas gracias.
Este día quedará guardado en mi corazón con el recuerdo de cada sonrisa y cada abrazo. Pido que el Universo me permita continuar en este transitar y escribir más historias para que sean muchos más los corazones que se sincronicen conmigo para dar y amar al otro, contribuir al mundo y transformar, por qué no, muchos más corazones.