Hola, mi querido mecenas:
Primero darte las gracias por tu apoyo, por quedarte conmigo y contribuir a que esta escritora continúe en el camino de crear historias.
Las fotos que verás son exclusivas y surgieron con la intención de tener material para 1esmasquepalabras.com y para redes sociales. Lo irónico es que la mayoría quedaron en una carpeta de mi computador como recuerdo de la experiencia. Hoy me atrevo a compartirte algunas por los mensajes que quiero dejarte.
La sesión fotográfica la hicimos en la ciudad Santa Marta - Colombia. Recuerdo que le escribí a mi gran amiga Sandra para contarle la locura que se me había ocurrido. El consejo fue claro, -Ensaya en frente del espejo y siéntete la mujer más hermosa del planeta -viniendo de ella cómo no hacerle caso si tiene fotos en las que muestra su cuerpo, pero sobre todo, proyecta su alma- y algo así era lo que estaba buscando.
Hice el ejercicio del espejo la noche anterior a la sesión y muy temprano en la mañana. Funciona -pensé- porque salí de la habitación sintiéndome la más de todas. Ja, que risa me da acordarme que esa sensación solo me duró mientras llegamos a la playa con Andrea, la fotógrafa, y me tomó las primeras fotos. Estaba tan nerviosa que hasta las piernas me temblaban ¿y porqué? a lo mejor te estés preguntando, pues porque sí, porque a veces no es fácil enfrentarte al lente de la crítica a ti mismo, al juicio del otro que te está mirando, de la misma fotógrafa, en fin.
Y ahí estaba yo intentando lucir lo mejor posible, algo no muy lejano a lo que pasa en la vida real. Nos pasa. No se trata de juzgarme, ni de emitir juicios al respecto, a lo que voy es que es más el desgaste por aparentar lo que no somos, sobre todo en redes sociales, que el que trae mostrarse en esencia, en la simpleza, pero no por ello menos increíble creación de lo que somos.
Pero cuando Andrea me preguntó para qué eran las fotos y le conté...
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