Confía en la manera como se presentan las situaciones, algunas llegan para ponerte a prueba y otras como la forma que tiene el Universo de retribuir lo que haces por ti y por los demás.
Si estás feliz apégate a ese momento y disfrútalo y si te sientes triste permítete llorar y expresar lo que tienes dentro.
Agradece y pide con determinación a Dios, al Universo o en lo que creas, porque nadie más crea la realidad que vives.
Pide también para entender el aprendizaje que trae consigo cualquier situación que tengas que afrontar y los sentimientos que sobrevienen.
Las circunstancias y las emociones son transitorias, pero el aprendizaje no, ése es único. Por eso, solo de ti depender avanzar o resignarte.
Recuerda que cuentas con todos los recursos para cambiar lo que no quieres y reinventar, pide, confía y actúa.